Si consideramos seriamente que el 89% del tiempo clínico se invierte en eventos de comunicación resulta que las interacciones deficientes al interior de los equipos de salud constituyen una variable que pone en riesgo a los pacientes de un modo estadísticamente significativo. En nuestra interpretación, los equipos de salud requieren entrenamiento avanzado en materias diversas de las de sus temas de especialidad. Y, en cierto sentido, requieren también de un rediseño respecto del modo en que entregan servicios de salud.
La consideración de los clientes de una red de salud como pacientes resulta hoy ineficiente e inadecuada. Las personas mejoran más y mejor cuando se sienten comprendidas y escuchadas. El desafío principal, al respecto, está en transitar desde un cuidado paternalista a uno centrado en lo que sienten, piensan y desean las personas, donde el respeto, la emoción y la dignidad ocupan roles estelares.
Esta propuesta nace de la preocupación por mejorar las condiciones y los resultados del cuidado de la salud enla República de Chile con el interés por proveer a los equipos técnicos y profesionales que se desempeñan en las unidades de emergencia y de pacientes sobre distinciones y destrezas comunicacionales que les permitan:
Promover y reconocer el autocuidado y la vigilancia continua respecto de los aspectos emocionales y de comunicación profesional involucrados en los contactos clínicos ocurridas en las unidades críticas.
Contar con un repertorio estandarizado de prácticas y distinciones comunicacionales que les permita a los miembros de los equipos operativos de unidades de emergencia y de pacientes críticos reconocerse en el estilo de la organización para resolver los eventos de alto impacto emocional.
Facilitar su inserción en la cultura organizacional y valórica de su institución.
Aprender destrezas para contener emocionalmente tanto a pacientes como familiares, en un contexto de alto estrés.
Contener y apoyar emocionalmente a sus colaboradores, en un contexto de trabajo de alta exigencia.